De Arriaza mostraremos lo primero que nos viene a las manos,

EL DOS DE MAYO

La escena representará un campo con grupos de árboles, y algunos rústicos en que aparecerán sentados los que han de cantar el himno, en trage de luto, figurando al pueblo. A la derecha, y bastante adelantadas hacia el proscenio, se descubrirán dos urnas sepulcrales, en una de las cuales se leerá en letras de oro DAOÍZ, y en la otra VELARDE. A la izquierda y hacia el foro se verá un arco ó portada en cuyo frontis esté escrito Parque de Artillería. Al fondo tropa de aquel cuerpo formada en batalla. Por un bastidor adelantado saldrá el primer actor en trage de Oficial General español, y como absorto en una meditación profunda, después de haber tocado la orquestra algunos compases de un adagio patético, empezará el monólogo, y no fijará la atención en los objetos que le rodean hasta el redoble de tambores que sonará á su tiempo.

INTRODUCCION

Silencio y soledad, fuentes ocultas

De la meditación, ˇcon que recuerdos

Volvéis a contristar en estos días

De un fiel patriota el noble pensamiento!

Ahora que el sol a las nocturnas sombras

La posesión del mundo va cediendo;

Que las aves desmayan en sus cantos,

Y la humana inquietud busca el sosiego;

Las memorias ilustres de la Patria,

Sus desastres, su gloria y sus trofeos

Van precediendo al carro de la noche,

Nuestra mente ocupando en el silencio.

Brillantes fastos de la ilustre Iberia

ˇOh cuanto adornareis el claro templo

De inmortal fama, conservando impresa

La actual historia del hispano pueblo!

En nada ceden los presentes días

En amor patrio y memorables hechos

A los que vieron con asombro al mundo

Los Pelayos, los Cides y Toledos.

Testigos sois ˇoh ruinas de Gerona!

De Zaragoza ˇoh venerables restos

Lauros de Talavera y de Arapiles,

Y palmas de Bailen, mas puras que ellos.

Vosotras duraréis, doradas tablas

Que en el vasto Océano de los tiempos

Librarán del naufragio a tantos héroes

Que en vuestros campos con honor murieron.

No las sumergirá profundo olvido,

No del tiempo la hoz... ˇPero que veo!

No estoy solo... Las tropas reunidas

Del trémulo atambor al ronco estruendo...

Curiosa multitud, que en torno llega

A contemplar dos fríos monumentos...

ˇQue dice en el semblante del soldado

Tristeza unida al militar silencio!

ˇQue dice en el semblante del soldado

Tristeza unida al militar silencio!

ˇQue dice el oro pálido en las urnas!

ˇQue dice el trage lúgubre del pueblo!

DAOÍZ y VELARDE... ˇOh malogrados

En flor de juventud! Nobles guerreros,

Como Euríalo y Niso en vida unidos,

Como Euríalo y Niso en gloria muertos.

ˇCuándo brilló más puro el patriotismo

Que cuando, sin deber, y sin precepto,

A inevitable muerte os entregasteis

Por no ver en afrenta el patrio suelo!

Mil aceradas puntas requerían

Una sola bajeza a vuestros pechos,

Abrieron, sí, mil puertas a la muerte!

Mas nada hallaron sino honor en ellos.

Ahora, a glorioso polvo reducidos,

En esos vasos fúnebres os veo,

Donde arrancáis suspiros al soldado,

Y el llanto varonil es vuestro riesgo.

ˇAh mejor que en las urnas, vuestros nombres

En el nocturno pabellón del cielo,

Van a resplandecer, signos de gloria,

Siguiendo el rayo del planeta hisperio...

ˇMas ay! También a vuestra fama unido

Luce aquel día atroz... Mayo risueño,

Aparta de él tus flores. De laureles

Cúbrelo solo, y de ciprés funesto...

ˇDía terrible, lleno de gloria,

Lleno de sangre, lleno de horror,

Nunca te ocultes a la memoria

De los que tengan patria y honor!


Aquí empieza la orquestra á tocar el himno, y el Coro repite por tema los cuatro últimos versos. Siguiendo despues el actor declamando cada una de las estrofas, y cantándola las voces.

Este es el día que con voz tirana

Ya sois esclavos la ambición gritó;

Y el noble pueblo, que lo oyó indignado,

Muertos sí, dijo, pero esclavos no.

El hueco bronce, asolador del mundo,

Al vil decreto se escuchó tronar:

Mas el puñal, que a los tiranos turba,

Aun mas tremendo comenzó a brillar.

ˇAy como viste tus alegres calles,

Tus anchas plazas, infeliz Madrid!

En fuego y humo parecer volcanes,

Y hacerse campos de sangrienta lid!

La lealtad, y la perfidia armada,

Se vio aquel día con furor luchar;

Volviendo el pueblo generosa guerra

Por la que aleve le asaltó en su hogar.

żY a quién afrentas proponéis, tiranos?

żA quién al miedo imagináis rendir?

żAl fiel DAOÍZ, al leal VELARDE,

Que nunca saben sin honor vivir?

El mundo aplaude su respuesta hermosa:

Tender el brazo al tronador metal,

Morir hollando sus contrarios muertos,

Y ser de gloria a su nación señal.

Temblando vimos al francés impío,

Que en cien batallas no turbó la faz,

De tanto jóven, que sin armas fiero,

Entre las filas se le arroja audaz.

Víctimas buscan sus airadas manos,

Mas el error les arrancó el puñal;

Y ˇay! Que si el día fue funesto y duro,

Aun más la noche se enlutó fatal.

ˇNoche terrible, al angustiado padre

Buscando el hijo que en su hogar faltó!

ˇNoche cruel para la tierna esposa

Que yermo el lecho de su amor se halló!

ˇNoche fatal, en que preguntan todos,

Y a todos llanto por respuesta dan!

Noche en que frena de la Parca el fallo,

Y ˇay! Dicen todos, ˇquiénes morirán!

Sensibles hijas de la hermosa Iberia,

Pues sois modelos de filial piedad,

Los ojos, llenos de ternura y gracia,

Volved en llanto a la infeliz ciudad:

Ved a la muerte nuestros caros hijos

Entre verdugos el traidor llevar;

Y el odio preste a vuestros ojos rayos,

Si de dolor ya no podéis llorar.

Esos que veis, que maniatados llevan

Al bello Prado, que el placer formó,

Son los primeros corazones grandes

En que su fuego libertad prendió:

Vedlos cuan firmes a la muerte marchan,

Y el noble egemplo de morir nos dan;

Sus cuerpos yacen en sangrienta pira,

Sus almas libres al Empíreo van.

Por mil heridas sus abiertos pechos

Oid cual gritan con horrenda voz:

"Venganza hermanos: y la madre España

Nunca sea presa del francés feroz."

Entre las sombras de tan triste noche

Este gemido se escuchó vagar:

Gozad en paz ˇoh del suplicio gloria!

Que aun brazos quedan que os sabrán vengar.

CORO

ˇNoche terrible, llena de gloria,

llena de sangre, llena de horror,

nunca te ocultes a la memoria

de los que tengan patria y honor!


Mostremos ahora, otra de las recordadas poesías de Arriaza:

EN HONOR

DEL CUERPO DE ARTILLERÍA

Gloria al cuerpo, que el primero

por la boca de un cañón

respondió a Napoleón

"Obedecerte no quiero"

pues ese incendio guerrero,

que ya en todas partes arde,

y aterra al Corso cobarde,

todo es efecto del rayo

disparado en dos de Mayo

por DAOÍZ y VELARDE.