José Gella Iturriaga es el autor de este "Cancionero de la Independencia",publicado en "Estudios de la Independencia", tomo II, 1966.
El hecho etnográfico, tan conocido como poco estudiado, de que todo pueblo combatiente canta, se acusó de manera singular durante la contienda francoespañola de 1808 a 1814, la más popular de nuestra historia, ya que en ella aunados militares y paisanos integraron un pueblo en armas, autor de este singular fenómeno folklórico que en la Guerra de la Independencia superó su inspiración fecunda.
A los sones nacionales de jotas, seguidillas, jácaras, soleares, fandangos, polos, sevillanas, tiranas, sardanas, villancicos... y hasta los franceses de "La Marsellesa" –prueba folklórica de la influencia murua de los beligerantes- tremolaron, como banderas portadas al compás de himnos marciales, los cantares de la Guerra de la Independencia, ejemplares valiosos de literatura popular y sentidas estrofas de un cantar de gesta surgido de la musa española durante tan gloriosa epopeya.
El conjunto de coplas que entonces improvisara el pueblo, las más aún fragantes por haber sido transmitidas cual preciado relicario del altar de la Patria, constituye el CANCIONERO DE LA INDEPENDENCIA, del que se ofrece ahora una selección de doscientas alusivas a la Patria oprimida, Fernando VII, Napoleón, José Bonaparte, elenemigo, los guerrilleros y las campañas; cantares todos coetáneos de aquella guerra, salvo unos pocos incluidos como colofón por haberse hecho populares posteriormente, dentro de la misma línea tradicional y patriótica, en homenaje a aquellos antepasados que iban a la muerte cantando, ajenos a que con tal cancionero espontáneo poetizaban la lección universal de su sacrificio colectivo en imperecedero canto a la libertad de la Patria.
Aunque los cantos incluidos en los capítulos del Cancionero presente tienen el denominador cimún del patriotismo, ofrecemos en este primer grupo unos ejemplares vibrantes y marciales que vienen a ser como sonar de clarines de guerra en llamada general a la lucha por la independencia, cual grito apremiante y angustioso de la patria oprimida.
En primer lugar vaya un estribillo, popular hasta nuestros días, aplicado entonces a canciones distintas:
¡Cuán triste vivir! Morir por la Patria ¡Qué bello morir! |
Coro, mote o estribillo sin duda debido al poeta Arriaza, autor de la letra de "Canción de los defensores de la Patria" según un pliego impreso que contiene las iniciales J. B. A. Con alusión a la música "expresiva y fácil" de F. Sor:
que es gloria partir, La trompa guerrera Nos llama a la lid.
con ayes sin fin convoca a sus hijos, sus ecos oid.
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Otro estribillo famoso fue el del coro inicial de una marcha, con música de entonces en boga que comenzaba "Bebamos, bebamos":
la espada empuñad y unidos cobremos nuestra libertad.
la marcial trompeta, de la bayoneta se mira el lucir. amigos, volemos vencer o morir.
no temió a Numancia, ni teme de Francia la cadena vil, que al punto enarbola la señal de muerte y la mano fuerte se apresta al fusil.
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Entre los himnos marciales que alcanzaron popularidad en la España de entonces, ofrecemos los ejemplares siguientes:
al arma corred, salvad a la patria que os ha dado el ser. todas ofreced, si os llamais sus hijos mostradlo otra vez.
perezca el francés, mueran Bonaparte y el duque de Berg.
excita nuestro ardor y cual ella perezca todo buen español.
renuévese su horror y antes que ser esclavos muramos con honor. españoles, etc.
a las armas corred, si sufrir no queréis el yugo más cruel.
con noble intrepidez, y nuestro empeño sea o morir o vencer.
dejad el sueño y despertad y tomad fusil y mochila seguid la caja militar. que un corso a los leones los quiere sujetar, afilemos las uñas y hacedle escarmentar. Y así alegres comamos, bebamos al son de la caja podremos brindar, que el soldado español, en campaña sabe luchando vencer y cantar. Tralará, lará, comer y vencer tralará, lará, bailar y fumar tralará, lará, lará. |
Muy significativo es el hecho, uno más entre tantos de la mutua influencia de los combatientes durante las relaciones bélicas, de que a los sones de "La Marsellesa" entonasen nuestras tropas y milicias canciones que lograron la máxima popularidad, como los que siguen:
de la gloria la aurora brilló; la nación de los viles esclavos sus banderas sangrientas alzó.
los infames franceses bramar? ¿No los veis con frenética furia los hogares del pobre talar?
patricios, guerreros, al punto empuñad: marchad, si, marchad.
veloces marchemos y la sangre española venguemos derramada con ciego furor.
son los polos de la libertad; guerra, guerra al tirano y su gente guerra, guerra, briosos clamad.
que escuchais de la patria el clamor; quien no acuda a salvarla brioso será indigno del nombre español. |
Otra versión de esta estrofa, también cantada con música de "El Clamor", comienza: "¿Qué esperais ciudadanos valientes?".
a lidiar, a morir o a vencer, guerra eterna al infame tirano odio eterno al impío francés!
blandid los aceros y unidos marchad por la Patria a morir o triunfar
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A guisa de bella síntesis del elevado espíritu de aquellos españoles que, como tantos otros en todo tiempo, iban alegres al sacrificio con fe en su ardimiento y esperanza en la salvación de la Patria, he aquí una copla deliciosa, valiente y optimista, digno final del capítulo presente que inicia otra también ejemplar:
¡Viva la alegría! ¡Viva el buen humor! ¡Viva el heroísmo del pueblo español! |
Recién abdicado el rey Carlos IV tras el motín de Aranjuez, caído en desgracia el valido Godoy, receloso el pueblo del paso de las tropas francesas hacia Portugal e iniciado un nuevo reinado en circunstancias nacioanles e internacionales difíciles; el joven monarca Fernando VII fue acogido verdaderamente como El Deseado por sus súbditos, con entusiasmo afectuoso, sentimiento popular cuya sinceridad quedó bien patente en los cantares.
larena, va a la Florida, Juan y Manuela, va a la Florida, prenda; hasta los pajaritos, larena, le dicen: ¡Viva! Prenda.
¡Viva Fernando Séptimo rabie quien rabie!
he plantado un arbolito, con naranjas y limones para el rey don Fernandito.
dicen cantando: ¡Quién fuera calesero del rey Fernando.
arrempujando y la Virgen de Atocha trae a Fernando. |
Cuando la familia real, engañada por la arteria de Napoleón, se hallaba en Francia, añoró el pueblo a su monarca con tiernas expresiones hasta en villancicos:
que no vayas a Bayona, que Godoy y Bonaparte te quitarán la corona.
la Capitana, del rey Fernando. puesta la banda: haz que pronto Fernando vuelva de Francia.
dame la mano, que tienes puesta la bandolera
dame tu poder, para que al rey Fernando le traigas con bien.
Rey de España digno, traedlo Señora, a reinar tranquilo.
oye los gemidos que los españoles te dan afligidos.
de Herodes los libertaste, haz que salga el rey Fernando del poder de Malaparte.
Rey pacífico en la tierra, pues da la paz a un monarca que por Ti en España reina.
a su trono vuelva, pues fiel y sumiso os ama y respeta. |
Poco después de la batalla de Los Arapiles se cantaba en Cádiz:
triunfantes del francés, y adornen sus diademas la palma y el laurel. |
El regreso de Fernando VII fue muy celebrado y objeto de coplas sentidas y afectuosas:
rebose el placer, que viene Fernando nuestra dicha a hacer.
vencieron la tiranía y libre España este día gozará felicidad.
pues la tiene de su bando diciendo: ¡Viva Fernando, Religión y Libertad!
que va a serenar, la tormenta que ha armado el soplo infernal.
las nubes negras huyen y se disipan.
justo motivo, por ver allí a Fernando, de alzar el grito:
la Alcantarilla!
es heredero, Fernando el virtuoso, luz de su reino.
le ofrecen luminosos felices días.
del rey Fernando al olor que las rosas tienen por mayo.
es como el Arco Iris que nos saluda.
tiene cifrado el ser fiel siendo amante del rey Fernando:
dicen ¡Viva Fernando y la Religión!
que han excitado el amor de este pueblo hacia Fernando!
¡viva el rey y reviente quien no lo diga!
del Rey Fernando, todas las tempestades, va serenando.
¿qué no haría Sevilla con su presencia?
y hágame lado, que voy a hartar de besos a ese retrato.
que aun pintado es amable y al alma alegra.
sabía Fernando que tenía en Sevilla nobles vasallos.
no borra la memoria de un real afecto.
se han excusado de hacer de toda España Real Palacio.
que es, donde el Rey se halle, Palacio y Corte.
junto al retrato le guardan y custodian, con sable en mano.
que quien guarda a Fernando nunca sabe huir.
según le amamos, que ese joven monarca nos ha hechizado.
que apenas habrá uno que no le quiera?
han revelado luminarias, repiques y otros regalos.
se vieron más brillantes el día treinta.
y todos a una voz digan: Fernando, reine y también la Inquisición.
y todos a una voz decid: ¡Viva Fernando! ¡Viva la Religión! |
Algunos cantares de los dos últimos años de la guerra reflejan que el nombre de Fernando ya no era unánime y limpia expresión de un monarca símbolo de la patria oprimida, sino el de un rey al que invocaban de diferente manera dos tendencias políticas en pugna surgidas en la monarquía, como ejemplo citaremos "La Cachucha", canción de los realistas gaditanos, muy popular y que años después tendría su réplica en "El Trágala":
que siempre está suspirando, y sus ayes y suspiros se dirigen a Fernando.
vámonos a Puerto Real, que para pasar trabajos lo mismo es aquí que allá.
llaman preocupación la lealtad que domina por Fernando a la nación.
vámonos a la frontera y haremos que besen todos de Fernando la correa. |
Como contrapartida he aquí un estribillo del bando contrario, que logró gran popularidad apenas lo puso un ciego madrileño con la música del Landum portugués o Los Comuneros de Castilla:
llamaba porque le abrieran, y tanto y tanto llamó que le abrieron ... ¡la cabeza! |
Desde los prolegómenos de la contienda, exteriorizó el pueblo su animadversión hacia Napoleón, despectivamente apellidado Malaparte, autor de lamentables intrigas palaciegas y diplomáticas que nada bueno auguraban a la nación.
tiene una silla poltrona, y a su lado está Godoy poniéndole la corona. Sus compañeros van de dos en dos: Murat, Solano, Junot y Dupont. |
Esta copla alude a tres colaboradores franceses –su lugarteniente en España el Gran Duque de Berg y los dos generales de los Cuerpos de Observación de la Gironda- y a dos españoles, el valido Príncipe de la Paz y el General Marqués del Socorro que estuvo en Portugal con Junot. De las intrigas napoleónicas hay constancia en otros cantares:
a Bayona llamó a nuestro rey Fernando de España nuevo sol.
también los convocó y presa hace de todos cual sangriento león. |
Anunciada la visita a España de Napoleón, no escasearon coplas alusivas al proyectado viaje, que llegó a anunciarse hasta con la exhibición, en las puertas del Palacio, de un sombrero y un par de botas del corso:
niña, le tienes que dar una botella de vino mezclado con rejalgar.
ya verás que gusto le dá, ya verás cómo no revienta.
el emperador francés mientras haya en Zaragoza con sangre un aragonés.
de Napoleón. |
(Solía cantarse después de "Ya vienen las provincias...", cap. I).
El emperador de los franceses, responsable máximo de los acontecimientos, era blanco preferido de las imprecaciones incluidas en cantares rebosantes de patriótica indignación:
¡Muera Napoleón y viva el rey Fernando, la Patria y la Religión!
triunfante gloriosa la Nación y antes morir que ser esclavos del infernal Napoleón.
¡Ay, infeliz de ti, si nuestro rey Fernando no regresa a Madrid!
tu orgullo ha de acabar, pues tus iniquidades no puedes ocultar.
Portugal, vivan! y de toda la Europa laurel reciban, pues su estandarte de independencia armaron a Bonaparte.
y en la tierra paz al hombre, y para estar más en paz: mueran los Napoleones.
tremola su pendón contra el poder infame del gran Napoleón. |
Con las imprecaciones se mezclaban las chanzas de los cantares predominantes humorísticos; entre otros los siguientes iniciados con dos gaditanos:
dicen que está Napoleón, sin pluma y cacareando como el gallo de Morón.
dicen que está Napoleón, contándose los botones que tiene en el levitón.
de Malaparte que he perdido a Sevilla ¡miren que lance!
al demonio ha llamado a su aposento.
de Napoleón que le de memorias de lord Wellington.
a pedir a Dios la España, y le respondió San Pedro: -¿quieres que te rompa el alma?
que vaya a la plaza, porque los soldados
No quiero pepitas, ni quiero melón, que quiero cabezas de Napoleón.
de las Españas irá de macho en macho, dice la Carta. Napoleón primero lleva la carga.
la tremolina quiere nueva Regencia la gente indina.
a Napoleón y le escabecharemos con tanto bribón.
a Napoleón, tráelo y le pagaremos la Constitución. |
Reincorporados a las tropas nacionales los soldados del ejército del Norte al mando del marqués de La Romana, tras arriesgada repatriación, una vez tomada la emotiva y patriótica decisión de abandonar Dinamarca, hízose popular esta copla:
¿qué tal te parece España?
Al Marqués de La Romana. |
Al terminar la guerra tampoco olvidaron los cantares al emperador francés:
Favores te ofrecen Todos los cristianos Libres de franceses.
y muera Napoleón! |
del más fiero usurpador; caminemos al portal a adorar al Niño Dios.
demos gracias al Señor, pues ha llegado el momento de una y otra redención.
hoy nos liberta su amor y nos saca de las garras del cruel Napoleón
emperador de la Francia, quiero y es mi voluntad que haya jaleo en España.
mis planes están ya hechos, su buen éxito depende solo de vuestros esfuerzos.
no hay remedio, será así.
quien se burlase de mi?
|
Reinaba plácidamente en Nápoles, José Bonaparte, cuando su hermano el Emperador, poco después de los acuerdos secretos de Tilsit, le ofrecía el trono español. No agradó a José el ofrecimiento, más ante la insistencia de Napoleón se trasladó a Bayona en junio de 1808 y allí, merced a la tramoya de una tragicomedia lamentable, se encontró rey de España en cuyo país, alzado en armas, entró al mes siguiente. El puebloe spañol le tildó de intruso, le hizo objeto de sus bromas y hasta desfiguró su personalidad colocándole, sin serlo, el sambenito de borracho y tuerto; y le denominó José Primero, José Postrero, José Ninguno, Pepe Botella, Rey Pepe, Pepino, Pepillo y Pipote.
ha venido a Madrid a reinar en romance y a mandar en latín.
ha dicho Napoleón sea rey de esta nación mi hermano José Primero.
responde la España ufana, que se vaya a cardar lana ese rey José Postrero.
no durará en España José Primero. (*) * (La versión más usual empleó, en lugar del verbo durar, otro menos limpio de la misma conjugación). |
Como usaba conóculo y al mirar por la lente con un ojo cerraba el otro, la imaginación popular hízole tuerto:
José Primero, con un ojo postizo y el otro huero.
a José Primero le dejaron a obscuras los faroleros.
porque si pierdes el ojo que te queda ¡adiós, Rey Pepe!
no vendas este año los almanaques. (*) (*) Alusión a los ciegos vendedores de almanaques.
un rey tan grande, que atrás sea lo mismo que por delante, pues ojo y cara adelante es lo propio que en las espaldas. |
Un epigrama que alcanzó gran difusión corroboró la gratuita suposición de estas coplas, al decir; "dos en la ca..., uno en la ma... y otro el cu.. y bueno ningú".
Sobre la imputación popular de borracho, lo que no fue, sin duda por la afición de las tropas napoleónicas a nuestros vinos, queda constancia, además de la denominación de Pepe Botella o Pepe Botellas, en coplas como las siguientes:
baja al despacho;
que estoy borracho.
anoche se emborrachó y le decía su hermano: borracho, tunante, perdido, ladrón.
el rey Pepino, con un par de botellas para el camino.
tantas bodegas, que hasta el vino tienes El alma llena; de lo que infiero que de cántaro el alma tiene tu cuerpo.
que aunque no quieras, has de ser rey de España por tus botellas, pues ellas solas te harán de tus estados gran rey de copas. |
Unicamente hemos recogido una copla favorable a José Bonaparte, la que un grupo de afrancesados adictos a su gobierno cantó ante el Palacio Real:
cara de clavel! descorra las cortinas, que le quiero ver. |
La Constitución de Bayona fue comentada despectivamente en muchos cantares, de los que exponemos aquí algunos, aparte de los incluidos en el capítulo III:
al año tendrá José.
si quisiere más tener?
como rey de España de todo dispongo.
y posesiones del Asia gozan los mismos derechos que gozará toda España.
¡qué dicha, qué dicha la nuestra! doscientos mil duritos el príncipe tendrá, el príncipe tendrá para sus diversiones ¡qué dicha, qué dicha la nuestra! divertirse y cazar, divertirse y cazar.
al trono honrarán; silencio, chitito, que voy a cantar la pía y la paz.
en la Corte habrá en que los asuntos se despacharán.
|
El pueblo catalán recogió en cantares la preocupación de José Bonaparte, reiteradamente expuesta a su hermano, por la falta de adhesión de sus súbditos:
¡has fet moltes crueltats!
maleexen notre pas.
som perduts com tu ja ho veus, que los russos son a França i els espanyols a Burdeus.
alli bé m'hi matarán!
que les tiren els paisans.
me'n tornaré prontament á n'el meu regne de Nápols, sino'm ficaré a un convent. |
Hasta en cantares se formuló el juicio del reinado:
Pepillo, ha sido, que no ha habido un monarca de tu apellido, porque discurro que podemos llamarte José Ninguno. ![]()
te han merecido que te den un renombre jamás oído; y así, por mote, en tu blasón pondremos: Pepe Pipote. |
En realidad casi todo el Cancionero de la Independencia está dedicado al enemigo, mas por consideraciones que aconsejan obtener la mayor variedad posible en la clasificación de esta selección exponemos aquí, análogamente al criterio seguido para los cantares incluidos en el Capítulo I, aquellos dirigidos a la nación francesa y las tropas napoleónicas:
dejadnos en nuestra ley, que en tocante a Dios, al Rey a nuestra Patria y hogares todos somos militares y formamos una grey.
como si en la Francia hubiera algún animal feroz que a la gente se comiera.
allá en Austerlitz huyen en las orillas del Guadalquivir.
y un puñado de hombres aquí les vencen.
que valéis naciones, ya vuestros pendones deslumbran al sol.
tiembla y sus legiones muerden los terrones del suelo español.
tu trágico fin si un hado a los buenos protege feliz.
dijo entre si Buonaparte y a que le hicieran cosquillas envió a sus generales.
y se esperezó y abriendo la boca se tragó a Marmont.
¡Viva España y muera Francia y viva la Religión! (Este cantar y el siguiente son hoy flores marchitas que solo fueron fragantes en aquellos momentos apasionados de vivas y mueras, dedicados mutuamente por franceses y españoles, según tradicional intercámbio entre beligerantes que cesa con la guerra, relegándose en la paz tales expresiones al olvido por injustificadas y ofensivas).
y el general Cruz y mueran los franceses y el mariscal Soult!
esos indinos al ver morir las tropas del Rey Pepino! |
Hay una deliciosa canción infantil, aún en uso (años 60), en la que con el sonsonete del canto del gallo, en forma dialogada, se dice:
-¡Franceses vienen! -¿Cuántos son, dí? -Son más de mil... -¡Triste de mi...! |
Afirman los chiquillos que los gallos se avisaban así de la aproximación de tropas francesas y que desde entonces cantan de noche.
Los afrancesados, naturalmente considerados como enemigos, fueron objeto por parte de los patriotas de algunas coplas:
ahora es la hora, que quieran que no quieran, de echar la mosca.
a ninguno de ellos, ni los conozco.
con los cañones, no temais a la Francia, ni a los traidores; pero alentarse porque todos los días van a la cárcel.
tener un doblón cuando vivía en ella tan fino Ladrón?
ser ladrón de dinero que de Guevara.* *Alusión a un jefe de Policía que detuvo a algunos patriotas. |
A la música del Landum portugués dedicó el pueblo letra ingeniosa, publicada en Sevilla bajo el título "Landum Portugués, tocado por los ingleses, celebrado por los españoles y bailado por los franceses":
juntos con los portugueses, tocan unos instrumentos que hacen bailar a franceses.
veréis que Landum bailan los gabachos a nuestra salud.
pum, pum, trabucazo, pum, que si no lo has visto, ya lo verás tú, cómo de este modo se baila el Landum.
la orquesta de lucimiento, la tocata tan alegre, que bailan de ciento en ciento, baxo y contrabaxo, con cañón y obús, el tenor y tiple, fusil y arcabuz.
mejores que los de aire, porque la pólvora y balas saben dirigir el baile; y como se mueven con gran prontitud todos los franceses van con Belcebú.
|
Tampoco omitió el pueblo su buen humor en cantares irónicos como los siguientes:
a que han venido?
y a beber vino.
a una muchacha:
¿dónde se hallan?
en las Gacetas.
está acostumbrado al fuego; digo: ¡si tendrá costumbre quien ha sido cocinero!
Larena; matan los piojos, Juan y Manuela, matan los piojos, prenda y el General les dice, Larena, que son conejos, Juan y Manuela, que son conejos prenda. |
En un cancionero español de la más popular de las contiendas, no podían faltar cantares relativos a la modalidad combativa nacional de las guerrillas, como los que ofrecemos aquí, dedicados por el pueblo en armas a sus hijos predilectos los guerrilleros:
de los Dolores vencieron los brigantes a los dragones.
de brigandaje se encerrase en Cartuxa tanto salvaje?
son los que se comían los niños crudos? |
Ambas coplas contienenlos galicismos equivalentes a denominaciones dadas despectivamente por los franceses a las guerrillas –brigandaje, robo en despoblado a mano armada y en cuadrilla- y a los guerrilleros –brigand, dedicado al brigandage-. Oportuno es consignar que después de la paz, serenadas las pasiones, fueron incorporadas con todos los honores al idioma francés las dos voces españolas, como guérillero, "soldat d'une guérilla", y guérilla o "troupe plus o moins régulière pour faire cette guerre", añadiendo el diccionario Larousse "... que la guerra de España emprendida por Napoleón fue una guerrilla perpétua".
Las muchachas prodigaron canciones a los guerrilleros, verdaderos ídolos femeninos –sobre todo D. Julián Sánchez, sus lanceros y D. Juan López Campillo-, entusiasmadas por el valor, arrogancia, majeza y patriotismo de aquellos hombres bnegados.
que combates a la Francia, cuenta siempre con mi amor si libertas a mi España. |
De los guerrilleros D. Juan Martín Díaz, el Empecinado, y Villacampa, ofrecemos en el colofón del cancionero una copla evolucionada e incluímos aquí algunas dedicadas a D. Jerónimo Merino, D. Francisco Abad Moreno, D. Juan López Campillo, D. Francisco Tomás de Longa, D. Gaspar de Jáuregui y una final que cantaban las partidas de Fornabar:
se ha metido a general los asuntos de la España van marchando menos mal.
monta a caballo, se dicen los franceses: ¡ya viene el diablo!
en el justillo un letrero que dice ¡Viva Campillo!
Longa de mi amor Don Gaspar de Jáuregui de mi corazón.
tiene cara de enfadado, pero para las mozuelas el piquito resalado.
sácame de este arenal, que me vienen persiguiendo los de la guardia imperial.
guerrillero de Saornil, síguela, síguela yo te daré mi fusil.
por debajo pasa el Ebro, por encima los franceses que van al degolladero. |
Los catalanes de Rosas cantaron como pregón de leva:
benvinguts com a germans, als pobres va la vida, al rich la vida y bens; minyons, agafeu las armas ara que hi som a temps. |
Por tierras de Salamanca los ganaderos de reses bravas, garrochistas o garrocheros, formaron escuadrones de lanceros mandados por D. Julián Sánchez (el Charro), que lucharon denodadamente y se cubrieron de gloria en Los Arapiles y otras muchas acciones, con un estilo guerrillero nuevo lleno de garbo caballeresco y no exento de gracia torera:
se ha metido a general los asuntos de la España van marchando menos mal.
monta a caballo, se dicen los franceses: ¡ya viene el diablo!
en el justillo un letrero que dice ¡Viva Campillo!
Longa de mi amor Don Gaspar de Jáuregui de mi corazón.
tiene cara de enfadado, pero para las mozuelas el piquito resalado.
sácame de este arenal, que me vienen persiguiendo los de la guardia imperial.
guerrillero de Saornil, síguela, síguela yo te daré mi fusil.
por debajo pasa el Ebro, por encima los franceses que van al degolladero. |
Los catalanes de Rosas cantaron como pregón de leva:
benvinguts com a germans, als pobres va la vida, al rich la vida y bens; minyons, agafeu las armas ara que hi som a temps. |
Por tierras de Salamanca los ganaderos de reses bravas, garrochistas o garrocheros, formaron escuadrones de lanceros mandados por D. Julián Sánchez (el Charro), que lucharon denodadamente y se cubrieron de gloria en Los Arapiles y otras muchas acciones, con un estilo guerrillero nuevo lleno de garbo caballeresco y no exento de gracia torera:
despedazando águilas imperiales que van volando.
monta a caballo, se dicen los franceses ¡ya viene el diablo!
ea, ea, eh... es un lancerito que me viene a ver; él me quiere mucho, yo le quiero a él.
puesta en su lanza,
con él a Francia?
parecen soles, con las mangas encarnadas en los morriones.
déjame pasar que tengo mis amores en el Arrabal.
de don Julián si él me quier mucho, yo le quiero más.
puesto en la lanza: ¡Qué vivan los lanceros y muera Francia! |
Otros caballistas no menos famosos, los lanceros de Jerez, maestros de equitación de la vieja escuela española, derrocharon riesgo y valor en escuadrones de guerrilleros. Sus paisanos despidiéronles en la primera salida con una canción patriótica que tenía por estribillo "Vivir en cadenas, etc" (cap. I) y seis estrofas, de las que incluímos las dos siguientes:
cual flores de abril!
de esposa gentil, los brazos que en llanto bañais al partir sangrientos, con honra, vereislos venir.
de rosas cubrir los huesos del fuerte que expire en la lid.
dirán: yace aquí quien fue su divisa triunfar o morir. |
Los hechos de armas, los héroes y el ardimiento de los combatientes en las campañas de la lucha denodada por la independencia de la Patria tuvieran cantores populares que lanzaron a todos los vientos estrofas de inapreciable valor histórico-militar como breves y vibrantes documentos folklóricos, según puede verse en las hasta hoy conservadas, de las que ofrecemos a continuación algunas agrupadas en ocho apartados.
Madrid.- Los comienzos de la guerra, con la gesta del 2 de mayo de 1808, se hallan reflejados, como en la más veraz fuente histórica, en el poético testimonio de la Cachucha madrileña:
estaba determinado que salieran los Infantes en el día dos de mayo.
y contempla a tus paisanos, que estaban fuera de sí y casi desesperados.
el pueblo se amotinó solamente pertrechado del impulso de una voz.
acordes decían: ¡Vamos! ¡Antes morir que quedar en poder de los tiranos!
por las calles se extendió y los franceses huían de las manos del furor.
el pueblo dijo a una voz "¡Al parque, al Parque por armas! ¡y muera todo traidor!"
fenecieron en la acción que tanta gloria conquista al noble pueblo español.
la más horrenda traición. trazada por la perfidia de un villano corazón!
engañó al pueblo valiente haciéndose publicar una paz en lo aparente.
que a la sombra de esa paz a todos los que cogían los mandaban fusilar!
murallas del Buen Retiro, cuántas almas inocentes murieron en vuestro sitio!
y qué gran dolor me da al recordar tal escena que al cielo clamando está!
del Cuerpo de Artillería fallecieron a las manos de una infame alevosía.
el valor inimitable del valiente Luis Daoiz, del bravo Pedro Velarde!
bien puedes hacer alarde de conservar la memoria de Daoíz y Velarde.
Cachucha del alma mía, sobre la tierra que cubre la honra de la artillería!
publica su Independencia, y a toda Europa convida para romper sus cadenas.
se ha de alzar a nuestra voz a desconcertar los planes del fiero Napoleón!
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Zaragoza.- Durante los Sitios de Zaragoza vibraron desafiantes con majestuosa arrogancia y brio los sones firmes de la jota, como excepcional canto de guerra digno de sus heróicos defensores.
que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana de la tropa aragonesa.
en el Ebro caen las bombas, y en las orillas, cantando, las hembras lavan la ropa.
la bombean los franceses; la Virgen del Pilar dice: no temais, aragoneses.
que arenas tiene la mar, no moverán de su sitio a la Virgen del Pilar.
no temas a los tiranos, mientras haya en Zaragoza valientes zaragozanos. (Otra versión termina: "valientes labradores y artesanos".
retumban los cañonazos.
ya estarás hecha pedazos!
tiran bombas y granadas y la Virgen del Pilar con su mano las apaga. (Variantes:"con su manto las apaga", "con su manto nos ampara").
tiran bombas y granadas y la Virgen del Pilar con su manto las apaga. (Otra versión comienza: "Desde Torrero le tiran le tiran a Zaragoza granadas")
ya te habrán hecho pedazos: del campo de Cariñena se sienten a cañonazos.
¿qué has hecho que te has dormido?, que han entrado los franceses por la puerta del Portillo. |
Además de las jotas, dedicáronse otras canciones a los combatientes aragoneses, de las que exponemos seguidamente el estribillo de un himno al General Palafox y el texto del que comienza con una alusión a las mujeres, tan heroicas como los hombres, y de las que evoca el pueblo con admiración las proezas, entre tantas, de Agustina de Aragón y la Condesa de Bureta. En el capítulo VIII incluímos algunas de las jotas posteriores, pero tradicionales también, dedicadas a la primera de ambas heroínas.
al gran Palafox, gloria de la España, de Francia terror.
laureles tejed y a nuestros guerreros ciñamos la sién.
batida la vido y quince vencido tornar vio al francés.
que nos acaudilla tuviera a mancilla dejarse vencer. |
Gerona.- Cataluña, con el mismo fervor patriótico que el resto de España, luchó y cantó por la independencia nacional en Gerona, Rosas, el Bruch...
si te n'arrendirás...
si espanya no vol pas?
lirom fa lireta la. ![]()
gran siti'ns han posat, per ara, no es possible que puguin triunfar. ![]()
te puedes alabar, que han sabido tus hijos a la Francia admirar con cañones de palo miraban destrozar a ejércitos franceses y al águila imperial. ![]()
i la guera del any vuit.
va tornarse una taüt. |
Bailén.- Al entrar triunfalmente en Madrid las tropas del general Castaños, se cantaron himnos que pronto se difundieron por el territorio nacional, sobre todo el original de Arriaza, con música del maestros Sor, que rápidamente se hizo popular:
de la Patria honor, recibid el premio de tanto valor.
que habéis merecido los que os han rendido Moncey y Dupont.
habéis acudido al primer gemido de nuestra opresión.
fue vencido en Bailén y todos sus secuaces prisioneros con él.
llorará este baldón.
¡Muera Napoleón! (Cantado en Madrid, el 23 de agosto de 1.809)
que con rabia infernal a Córdoba y Andújar las supo saquear, rindió su espada altiva al general Castaños en una lid campal que de él supo triunfar. |
Cádiz.- La bella ciudad marinera dio al tono heróico nacional resonancias nuevas, la marítima de la Isla de León y la política de la Junta Central, las Cortes y la Regencia. Los gaditanos, en posición tan capital y cimera durante la contienda, estuvieron a la altura de las trascendentales circunstancias con singular ardimiento y alegre derroche de valor y sal.
en hora mala, que Cádiz no se rinde, ni sus murallas.
los fanfarrones hacen las gaditanas tirabuzones. (Otra versión comienza: "Con el plomo que tiran".)
la vimos entregar a Morlá y Apodaca, rendida en tierra y mar.
le llena de pesar ver sobre su bandera la nuestra tremolar.
el mariscal Soult hacen las gaditanas blondas de tul. (*) * (Hay una variante que improvisó un actor, según Alcalá Galiano, en la que los versos segundo y cuarto son el "farsante Soult" y "toquillas de tul", respectivamente).
en la batalla del cerro, pero han logrado en desquite que una bomba mate a un perro.
le dixo a otro azul: la paciencia me falta de esperar a Soult.
que presto Ballesteros os lo enviará.
y en Cádiz reine el placer, que a los franceses aún les estoy viendo correr: y cuando cuenten allá cómo les fue por aquí, tenga la seguridad de que los echan de allí.
¡... pa vestir a mi churumbelito!
ver las bombas que nunca hacen na! |
Ahora expondremos el himno cantado en septiembre de 1810 al jurar las Cortes los diputados del brazo popular, acerca del que observa Pérez Galdós: "El músico había sido tan inhábil al componer el discurso musical y tan mal conocía el arte de las cadencias, que los cantares se veían obligados a repetir cuatro veces "que con sabios, etc."; pero esto no quita su mérito a la inocente y espontánea alegría popular".
que España está sufriendo, va el horizonte viendo alguna claridad.
que con sabios Vocales remediarán los males dándonos libertad.
la perdida alegría, que ya se acerca el día de tu felicidad. |
Los Arapiles.- La batalla de Los Arapiles, que entre tantas consecuencias favorables provocó el entusiasmo general, fue celebrada con himnos y cantos a las tropas victoriosas y, sobre todo, al general Wellington, para el pueblo español Velintón:
a Marmón y a sus parciales para almorzar les dispuso un gran pisto de tomates.
que les fastidió y a contarlo fueron a Napoleón.
¡y viva Velintón!
cabalgaba en ricas sillas y cuando se volvió a Francia se fue en unas angarillas.
como la pasión; le dio pasaporte el Lord Welington.
yacen llorando vencidos escuadrones que iban marchando
Cada cual en su fuga ve mil escollos.
que venció en la lid los fieros gigantes del Sena y del Rin.
humillaste a Massena haciendo sus ardides juguete tu ciencia.
en los campos de Albuera, haciendo que en su fuga se estrelle su soberbia. ¡Viva Wellington!
que en la más gloriosa acción el furor francés convierte en vergüenza y confusión! |
Otras campañas.- Exponemos en este apartado un grupo de coplas referentes a varias acciones en distintas partes de España para completar el cuadro general del aspecto relativo a las campañas en el cancionero presente:
diestros en el saltar los bravos valencianos les vimos guerrear.
precipitado va y Cervellon le sigue, que es vuestro General.
conquistar sin resistencia, pero se quedó el francés a la luna de Valencia.
que no quiere ser francesa; la de los Desamparados lo mismo dice en Valencia.
de la Casa Colorada y les hicieron volver a bayoneta calada.
al valle Roncal vinieron y en la punta de Iñari con sus armas se rindieron.
quien te ha visto y quien te ve ayer te guardaba España y hoy te guarda el francés.
Mequinenza es Aragón y aunque lo mande la bula no se ha de rendir Carbón.
andaba por las Asturias, como era tuerto de un ojo no veía las alturas.
con el ojo rejilón, muchachas las bien venidas preparadle la ración.
cargar con toda la Francia y se vinieron huyendo por la cuesta de la Lancha.
por las Ventas de Alcorcón y los rusos que venían eran cargas de carbón. (Alude al tratado de alianza hispano-rusa cargar con toda la Francia de julio de 1812. Otra versión comienza: "Dicen que vienen los rusos").
porque han sabido derrotar los franceses con heroísmo.
vivan los guapos, que quitaron de en medio tantos gabachos.
viva el valor que tienen los Macarenos.
de los Humeros, que han hecho en los franceses un buen perneo.
los buques cuando tienen viento y marea!
del cautiverio han convertido en gozo nuestros guerreros.
veinte y siete de agosto para Sevilla! "Este canto, a la sazón superior al de las sirenas, halagaba el oído y reanimaba el espíritu, harto abatido con tantos vaivenes, vuelcos y desconsuelos". Mor de Fuentes, 1808. |
Los doscientos cantares aquí expuestos se han obtenido de la tradición oral, de obras de la amplia bibliografía relativa a la guerra de la Independnecia, de referencias de escritores –Alcalá Galiano, Mesonero Romanos, Fernán Caballero, Galdós, etc- y, en una tercera parte, de folletos y hojas sueltas impresas conservadas en el Archivo Histórico del Ejército, editados durante la época en distintas partes de España, a veces con las mismas coplas, incluso interpoladas en otras con estribillo, con una reiteración que prueba la aceptación general con que se vieron favorecidas, el entusiasmo patriótico que les dio el ser y la popularidad que merecieron.
El acompañamiento musical de estas piezas de literatura popular fue, predominantemente el tradicional y variado de los sones típicos nacionales en boga cuales el zorongo, charandel, la pía y la paz, cantinelas, tiranas, pastorelas y la cachucha; el de compases importados como los de la Marsellesa, el Landum, Mambrú y The grand Salamanca march; y también fue el de canciones cuales "los defensores de la patria", "de la España cautiva", "a los ingleses", "el clamor de la Patria", "de la jura de Fernando", "las ciudadanas aragonesas" y varias "patrióticas"; y finalmente el de los sones vibrantes de marchas como una "del General Palafox" y "la marcha" e himnos diversos "a Wellington", "a las Cortes de Cádiz", "de la victoria", "del batallón de literarios", "de la Independnecia", "de los voluntarios distinguidos de Cádiz" y "a la Constitución de España".
Los músicos autores de canciones, marchas e himnos cuyos nombres se conservan fueron bastantes, entre ellos Fernando Sor –el más inspirado y popular- Bartolomé Santana, Molle, Raymar, Acuña, Puich, Corral, Moreti y Zayas; de algunos sólo se sabe las iniciales de sus nombres y de otros nada, por olvido completo no sólo del nombre, sino de compases y estrofas de sus canciones, de lo que se lamentó Mesonero. Los autores de las letras –aparte, naturalmente, las coplas del pueblo, siempre anónimas, por cierto muchas de inspiración femenina- de tales canciones, marchas e himnos fueron los más destacados el poeta Juan Bautista Arriaza, el de musa más elevada, Cristóbal Beña –"capitán y poeta"-, F. E. Castillón, Eugenio Rufino Fernández, A. S. V. Y P. B. En cuanto a los instrumentos que tocaban los ejecutantes citaremos los que se hallan mencionados en las mismas estrofas o en los impresos que las contienen: clave, pianoforte o forte-piano, arpa, órgano, violín, bajo, contrabajo, guitarra, bandurria, rabel, flauta, clarinete, trompa, trompeta, zampoña, caja, tambor, timbales, castañuela, pandereta "y toda clase de instrumentos rústicos".
El "Cancionero de la Independencia" constituye un documento etnográfico del más alto valor histórico-militar y folklórico, tal vez único en su clase por el número de composiciones de literatura y música populares qye contiene y que habrá de tenerse en cuenta por cuantos estudian las canciones del pueblo en armas como un ejemplar de importancia extraordinaria. No vamos a entrar en disquisiciones sobre la causa de tan singular fenómeno etnográfico, o sea, en torno a la cuestión expresada entonces en el título de una obra de D. Francisco Tadeo de Murgía –Málaga, 1809-, "La música, considerada como uno de los medios más eficaces para excitar el patrimonio y el valor", ya que tales consideraciones existían fuera de lugar y nos las ahorra la consulta que hacemos al propio autor, el pueblo hispano, quien nos da la respuesta precisamente en un cantar:
no está contento, es que cantando ahoga sus sufrimientos. |
y no fueron pocos, ciertamente, sus sufrimientos durante los años de la expresada guerra.
Cantar de gesta del pueblo español durante una de sus más gloriosas epopeyas es también el "Cancionero de la Independencia" un emotico y sincero canto patriótico de fe y de esperanza; constituye un plebiscito popular a favor de la unidad de España; reitera la adhesión colectiva a la floracional nacional de los guerrilleros; vaticina el hecho histórico del término del imperialismo napoleónico; ratifica la influencia mutua de los pueblos relacionados bélicamente; recoge al principio el nombre de un rey como símbolo unánime de la patria, unanimidad que rompe al final por ligarlo a pasiones políticas; ofrece datos rigurosamente históricos frente a otros tan arbitrarios como desfigurar la personalidad de José Bonaparte, con un mito tan logrado que aun hoy son muchos los que lo tienen por real; relega al olvido, terminada la guerra, aquellos cantares que reflejaban duramente el odio de todo combatiente, en homenaje de hidalga lealtad al amigo que dejó de ser enemigo y con el que le unen lazos permanentes de buena vecindad; durante su gestación se produce el hecho folklórico nacional de la expansión de la jota y su arraigo en Navarra, según testimonios fidedignos; produce, mediante la profusión editorial de sus canciones, un resugimiento de la literatura y música populares; y lejos de enquistarse en su época, se prolonga en su mayor parte hasta nuestros días, enriqueciéndose,a demás, con nuevas aportaciones en su misma línea tradicional, con una serie de cantares surgidos desde los años inmediatos siguientes a la contienda hasta hace medio siglo, fechas del primer centenario como el último de los que exponemos a continuación, lanzado por un vate popular, Sixto Celorrio, al pueblo y hecho suyo por éste:
no supiste estudiarla, si te vuelves la camisa eres el amo de España.
cuando la capitularon, todas las zaragozanas a Dios le estaban llorando.
la Ramona ya no corre y el señor Empecinado en los pinares se esconde.
que Agustina de Aragón, que en la puerta del Portillo sola disparó el cañón.
sácame de este barranco, que me viene persiguiendo el del caballito blanco! (V. cap. VI.)
sitiada por los franceses, la Virgen del Pilar era amparo de aragoneses.
defendió contra el francés, a tal caudillo tal pueblo, pero donde manda el rey.
y La Seo la muralla; en cada calle un cañón para defender a España.
que bailó Napoleón, se lo entonó a cañonazos Agustina de Aragaón.
le han hecho ser inmortal: los Sitios de los franceses y la Virgen del Pilar.
con una palabra sobra: se moja la pluma en sangre y se escribe: ZARAGOZA. |
José Gella Iturriaga es el autor de este "Cancionero de la Independencia", publicado en "Estudios de la Independencia",tomo II, 1966.